Convocados por la Universidad del Valle de Guatemala y la Universidad de Creighton, Nebraska, el Lajuj Aj (10 Caña – 17 de marzo de 2022), se tuvo un conversatorio sobre COVID- 19, Pueblos Indígenas y Movilidad Humana, en el que participaron Kenny Castillo, Garífuna Hondureño, la joven Maya Kaqchikel Silvia Raquec y Juan José Hurtado de la Asociación Pop No’j de Guatemala, moderados por Aracely Martínez.
Un tema común en las exposiciones fue señalar la marginación por parte de los Estados hacia los pueblos indígenas y afrodescendientes, expresión clara del racismo prevaleciente, lo que también se ha expresado en el mal manejo que han hecho de la pandemia.
Pero, por otro lado, se relevó la capacidad de resistencia, resiliencia y lucha de los pueblos. Desde el inicio mismo de la pandemia, la forma en que fue asumida por las poblaciones garífunas y Mayas no fue de excesiva alarma. Como expresara Kenny Castillo: “Nosotros siempre hemos vivido en crisis por lo que para nuestros pueblos esta es una crisis más. Y nosotros tenemos nuestras propias formas de resolver.”
Entre las cosas positivas a las que ha dado lugar la pandemia, es el crecimiento de la solidaridad, incluyendo la solidaridad transnacional. Desde las comunidades surgieron las primeras respuestas de apoyo para hacer frente a las condiciones desfavorables impuestas a consecuencia de la pandemia. También, ante las necesidades, se ha estimulado la recuperación de saberes y la medicina ancestral, haciendo uso de plantas medicinales y bebidas propias. Asimismo, entre los puntos positivos que ha traído la pandemia es la recuperación de la conexión con la tierra, y la cohesión familiar y comunitaria.
Una muestra de ello ha sido el crecimiento de las remesas. Silvia Raquec destacó cómo las remesas que envían los hermanos en el extranjero siguen siendo el salvavidas para las familias y para la economía de nuestros países en el contexto de la pandemia, que han permitido hacer frente a necesidades básicas, como las de alimentación y salud.
En relación con la movilidad humana, los ponentes expresaron que, a consecuencia del agravamiento de los problemas estructurales con la pandemia, la migración va a continuar y se está incrementando. Mientras no existan otras condiciones económicas, sociales, culturales y políticas en nuestros países, la migración es la salida que muchos encuentran. Es un desplazamiento que representa riesgos y a los cuales añade entre sus barreras la disponibilidad de las vacunas reconocidas por Estados Unidos.
De manera que se pide a los Estados que cumplan con su responsabilidad de garantizar los derechos a sus ciudadanos. Hubo un llamado a los Estados a que desarrollen políticas que tomen en cuenta y se construyan desde las comunidades. Para ello es necesario que se brinde la información necesaria, de forma accesible y comprensible, desde los idiomas propios; que se consulte a las comunidades y se respete sus decisiones; que se descentralicen las instituciones y el Estado. Es necesario implementar la descolonización en todos los ámbitos de la vida y basarse en lo local y lo propio.
Karmelita Ixcot, una de las participantes, expresó: “Eventos como éste, nos motivan porque desde los excluidos emergen señales de esperanza. Aunque silenciosos, nuestros corazones vibran y se expanden.”
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