Recientemente, nuestra compañera Adela Ramírez, joven Maya Mam, Técnica de Campo de Migración expresaba que:
“Los Mayas somos un pueblo milenario, constructores de vida, con una historia de resistencia, resiliencia y lucha, con una cultura rica en saberes y prácticas ancestrales que aportan no sólo a los pueblos originarios, sino a toda la humanidad, para una vida en armonía y equilibrio.
“Sin embargo, desde hace 500 años y hasta la fecha, hemos sido despojados de nuestros territorios y sometidos a situaciones de injusticias, que nos hacen muy vulnerables. Los pueblos indígenas somos quienes sufrimos mayores niveles de pobreza y pobreza extrema, pero no somos pobres por naturaleza, sino que hemos sido empobrecidos.”
Con la llegada de la pandemia, la crisis permanente que vivimos, se agudizó sumándose a los problemas que ya viven día a día nuestros pueblos. Desde este ángulo de la realidad, la pregunta es: ¿Qué hacemos?
Para los pueblos originarios, rendirse no es una opción y tampoco lo es depender del Estado. Nuestra opción es seguir resistiendo y construir alternativas de vida desde nosotros.
Como parte de ello, estamos retomando saberes y prácticas ancestrales para cultivar y cosechar los alimentos que provee la sagrada naturaleza.
Asociación Pop No’j apoya estas luchas y formas de resistencia.
Como parte del acompañamiento a la reintegración de niños, niñas y adolescentes migrantes, mayoritariamente indígenas, que regresan a Guatemala, en el contexto de la pandemia, Pop No’j dotó a 40 familias de insumos necesarios para trabajar huertos familiares. Además, brinda capacitaciones para siembra, mantenimiento ante plagas y cuidado de las plantas, cosecha y preparación de alimentos para su consumo adecuado.
Con esto se contribuye a que las familias obtengan sus propios alimentos, para hacer frente al hambre, en dirección a alcanzar su soberanía alimentaria.
Comenta uno de los técnicos agrícolas de Pop No’j: “Las familias se sintieron satisfechas y motivadas por los conocimientos compartidos y expresaron que el proyecto les ayudará mucho en cuanto las condiciones alimenticias y económicas”.
Del Wuqub’ Kan al Jun Bיe (6 al 13 de Agosto 2020) en comunidades de la Región Huista y el Área Mam del departamento de Huehuetenango, técnicos agrícolas visitaron a las 40 familias para capacitarles sobre los huertos familiares. En estos encuentros, compartieron cómo trasplantar pilones al tablón, la siembra directa y elaboración de insecticidas orgánicos.
Esto es posible con el apoyo de la Iglesia Lutherana de los Estados Unidos -ELCA-, la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos y HIP (Hispanics in Philatropy).