E’, energía del camino,
fuerza para emprender nuevas rutas para llegar a nuestras metas,
con el Buen Vivir como horizonte.
Hasta anoche, el gobierno había confirmado por lo menos 24 casos de personas que han contraído el coronavirus, de las cuales una ha fallecido. Diversas personas coinciden en señalar que hay un subregistro de casos. Además, el momento más crítico no ha pasado; no hemos llegado al momento más alto de la pandemia en Guatemala.
Por eso, es necesario extremar las medidas de prevención del contagio. Quienes puedan quedar en sus casas, deben quedarse. De no ser posible, deben tomarse otras precauciones.
Los problemas que esta pandemia está creando pueden apreciarse en lo inmediato, así como debemos ir previendo lo que implicará a mediano y largo plazo.
Es difícil visionar las consecuencias a largo plazo. Pero, sin ser fatalistas, podemos afirmar con certeza que el mundo no volverá a ser igual, y esperemos que aprovechemos la crisis como oportunidad para cambiar en un sentido positivo.
Además de los efectos inmediatos en cuanto a la salud física de personas, que incluye un fallecido en el país, también podemos apreciar otros problemas inmediatos como los siguientes:
- Uno de los primeros sectores que se vieron afectados es el del turismo, en una época – próximos a la Semana Santa – en que tiende a crecer.
- En consecuencia, hoteles y restaurantes, y también otros negocios no vinculados directamente al turismo han empezado a despedir a trabajadores o les están forzando a tomar vacaciones (cuando no se trata de unas vacaciones).
- Muchas personas trabajan en el sector informal y dependen de su trabajo de día a día para sobrevivir, quienes han visto mermados o anulados sus ingresos.
- Debido a que la situación en Estados Unidos es también difícil, es previsible que disminuyan las remesas familiares. Muchas de nuestras y nuestros paisanos en Estados Unidos también están en cuarentena, afrontando otras dificultades.
- Algunos productos han comenzado a escasear y los precios se han elevado. Lamentablemente existe casos de avorazamiento egoísta y de especulación.
Desde ya sabemos que en Huehuetenango hay familias que tienen dificultades para adquirir los alimentos que necesitan. Están recurriendo a comer sólo 2 veces al día o tomando otras acciones para mitigar la situación.
La desnutrición, ya grave en el país, se acrecentará.
La libre movilización se está viendo afectada. Varias comunidades rurales están cerrando el ingreso a personas que llegan de otros lugares, como medida de protección frente al contagio.
El gobierno ha decretado un toque de queda de 4 de la tarde a 4 de la mañana. (Sin embargo, sigue permitiendo la deportación de migrantes provenientes de Estados Unidos y de México.)
Desde el punto de vista emocional, ante la incertidumbre, mucha gente está viviendo momentos de ansiedad e incluso angustia, entre otras consecuencias.
El encierro prolongado de las personas con frecuencia deteriora relaciones interpersonales, con el riesgo incluso de llegar a violencia de género y violencia intrafamiliar.
Particularmente para niñas y niños es difícil entender la situación que se está viviendo y aceptar los cambios en sus vidas cotidianas.
También hay que remarcar que quienes llevan una peor carga en toda esta situación son las mujeres, a quienes se les recargan tareas.
Es difícil visionar los efectos a mediano y largo plazo. Las pérdidas económicas que se han sufrido son de gran magnitud. Con el tiempo, esto se irá multiplicando.
Por parte del gobierno de Guatemala, la respuesta ha sido en determinados momentos enérgica, la que luego ha flexibilizado para favorecer al sector empresarial. Las medidas que ha tomado para paliar la crisis económica están orientadas a favorecer al sector empresarial, no así a las personas de la economía informal y personas en situación de pobreza y pobreza extrema.
Sin embargo, debemos entender la crisis también como una oportunidad.
De hecho, en el medio ambiente, la parálisis del mundo ha permitido que la capa de ozono se esté reconstituyendo; ha disminuido la contaminación ambiental; las aguas son ahora más limpias; los animales están tomando las calles de ciudades. Se evidencia que la Tierra y la vida tienen capacidad de auto crearse y regenerarse.
También, el permanecer juntos en familia, en muchos casos, ha contribuido a estrechar la comunicación y fortalecer lazos afectivos, que son tan importantes y altamente valorados en la cultura de los Pueblos Originarios.
Debemos repensar(nos). Este mundo es insostenible con el sistema prevaleciente. Tenemos que construir otras formas de vida, más colectivas (menos individualistas), con un consumo responsable (no consumista), cuidadosa de la Madre Naturaleza y no depredadoras. Debemos construir sociedades justas e incluyentes, en que los servicios básicos y los derechos humanos estén garantizados para todas y todos.
ACCIONES:
En lo inmediato, debemos seguir tomando las medidas preventivas para evitar que el contagio se extienda. Sabemos que las principales medidas son: permanecer en casa, quienes puedan hacerlo; el distanciamiento físico (no acercarse más de 1.5 m a otras personas); lavado frecuente de las manos (cada 2 horas); en caso de salir, al regresar a casa, quitarse la ropa y asolearla y, mejor aún, lavarla; asimismo, bañarse; evitar aglomeraciones. Sabemos que esto es lo ideal, pero que, en una sociedad desigual, no todos pueden hacer; sin embargo, procurémoslo al máximo.
Debemos contribuir a generar un ambiente positivo, por lo que, en vez de transmitir noticias que propician el pánico, compartir noticias que den aliento y contribuyan a ver alternativas. Asimismo, debemos ser críticos a la información que circula; no todo lo que se dice en las redes es cierto y antes de propagar rumores, verifiquemos las fuentes y pensemos con responsabilidad si lo que vamos a difundir es constructivo o no.
Este virus nos ha demostrado que no hay fronteras y que nadie es inmune. Por lo tanto, se trata de salir adelante todas y todos juntos, en la comunidad, el país y en el mundo. De lo que se trata es de crear redes de solidaridad.
Estas redes de solidaridad deben adecuarse a las condiciones en que nos encontremos, procurando desarrollar la organización y fortalecer lazos comunitarios. Por ejemplo, quien tiene cierto producto que le sobra, lo puede compartir con quien no tiene. En tiempos de crisis económica y de falta de liquidez, con más razón debemos desarrollar otras formas de intercambio no monetario, como el trueque. Son principios de la Cosmovisión Maya la co-responsabilidad, la complementariedad y la reciprocidad.
Para que estas redes de solidaridad funcionen efectivamente, es clave establecer formas de comunicación, evitando siempre las aglomeraciones. Aprovechemos los medios a nuestro alcance, que incluye las nuevas tecnologías.
Es fundamental desarrollar la comunicación en los idiomas propios de las personas y en los códigos que les resultan comprensibles. Fortalezcamos la comunicación en los Idiomas Mayas.
En lo inmediato, es necesaria ayuda humanitaria de emergencia en alimentación para quienes lo requieran, organizado con la participación de las autoridades comunitarias y gobiernos locales, sin distingos de ningún tipo. Debe establecerse una vigilancia social para que así sea y se cumpla debidamente.
Es fundamental mantener la producción agrícola y otras actividades productivas que no concentren a gran cantidad de personas. No sólo pensemos en trabajo agrícola en zonas rurales o en grandes extensiones; también es posible desarrollar la agricultura urbana y un mejor manejo de los patios de la casa.
Todo abuso que se cometa en el contexto actual, debe denunciarse. Existen mecanismos, como el Ministerio de Trabajo, el Ministerio Público, Procuraduría de los Derechos Humanos y otras instancias donde corresponde hacerlo. Una pandemia no anula derechos.
También es necesario desarrollar la incidencia política para que se tomen acciones de apoyo para quienes más lo requieren.
Reafirmamos que es momento de recuperar la sabiduría de abuelas y abuelos, para construir vida, justa y digna para todas y todos.
Iximuleu, 4 E’ (Guatemala, 26 de Marzo, 2020)